sábado, 8 de diciembre de 2007

Noche

Otra noche por delante
y demasiadas por detrás
confesándole a mi almohada
que nadie me ve llorar.

Cuando llegan las estrellas
temo que mi sensatez
subestime a mi manía
de querer volverte a ver.

Y una vez duerma mi cabeza
tomará el mando el corazón.
Soñaré que tu me despiertas,
que aun vive tu apuesta
por nosotros dos.

Son tan fuertes mi latidos que
el sonido de mi voz
no se escucha cuando a gritos pide
que me haga mayor.

Por eso cada noche yo muero
y después me encuentra
un rayo de sol,
se quedan en la cama mis sueños
y me salgo yo.

En cuanto cierro los ojos
se me encoge el corazón
lo que dura un parpadeo
es ya una foto de los dos.

Y aunque sé que nuestra historia
es la que nunca pude ser,
en algunos de mis sueños
ser valiente es tu papel.

Y una vez duerma mi cabeza
tomará el mando el corazón.
Soñaré que tu me despiertas,
que aun vive tu apuesta
por nosotros dos.

Son tan fuertes mi latidos que
el sonido de mi voz
no se escucha cuando a gritos pide
que me haga mayor.

Por eso cada noche yo muero
y después me encuentra
un rayo de sol,
se quedan en la cama mis sueños
y me salgo yo.

A veces al hablar de mi vida
termino por romper a llorar
supongo que es ahí cuando empiezo
a contar lo que quiero decir de verdad.

Son tan fuertes mi latidos que
el sonido de mi voz
no se escucha cuando a gritos pide
que me haga mayor.

Hasta siempre compañero
nuestra historia se acabó,
hasta siempre amigo mío
ya no hay sitio para dos.

Por eso cada noche yo muero
y las mañanas me hacen vivir.
Así de día yo tengo mis años
y en cambio de noche
mis años veloces
me tienen a mí.
(La Oreja De Van Gogh)

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