jueves, 6 de abril de 2017

Sólo un recuerdo? VI

Darío

-No hace falta. Álguien que tiene la esperanza de volver contigo, te llama al día siguiente, te compra un ramo de flores y te regala chocolates. Álguien que sabe que no hay vuelta atrás, no te llama en nueve días. (Como yo, que no te llamé en años) ¿Asombrada?

-La verdad sí, asombrada. Hay que conocerme mucho como para llegar a ese tipo de conclusiones. (Me sonrojé) ¿Sabe que estás conmigo aquí, ahora?

-No. (Ni tengo pensado decírselo). Háblame de tu hijo.

-Aquí está su pedido, espero que lo disfruten. (¿De dónde aparece?)

-Gracias, Amanda. Tiene siete años, se llama Octavio, como mi padre, es un niño muy inteligente, tiene mi sonrisa ¿Qué más te puedo decir? ¿Háblame de tu futura esposa?

-Es licenciada en artes, mayor que yo, la conocí en una cena en casa de mi madre, llevamos 3 años juntos…

-No me convences, sé que puedes hacerlo mejor. Se supone que te quieres casar con ella ¿No deberías hablar de ella con más ilusión? ¿Con más alegría al menos?... Darío Osses Ercilla, mírame a los ojos y dime que la amas.

-Yo… (No la amo...) No puedo.

-¿Te vas a casar?

-Ya no, hoy en la mañana sí, pero ahora no, ya no, no podría ¿Cómo? No puedo volver a mirarla a la cara y decirle algo que no siento ¿Cómo quieres que me case con una mujer que no amo? Al menos me alegro de no haberle propuesto matrimonio aún.

-¿Por que ahora ya no? ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

-Prometí ser honesto… (Jamás creí que diría esto) Tú.

-... (Me miró pálida, como si le sorprendiera verme ahí).

-Estás pálida... ¿Te sientes bien?... ¿Victoria? ¡Victoria!... ¡Contesta!... Di algo... Lo que sea... ¡Victoria! (Me va a gritar).

-¿Qué pretendes con todo esto? ¿Qué quieres de mi? ¿Echarme abajo una vez más? ¿Que vuelva a derrumbarme? (No levantó la voz, pero cada palabra que decía estaba más cerca de ponerse a llorar) ¿Qué esperas? ¡Contesta! ¡Contéstame! ¿Qué es lo que quieres de mi? ¿Me amas? ¿Quieres una aventura? ¡Responde! ¿Qué sientes por mi?

-Perdóname, yo...

-No seas imbécil y no me pidas perdón. Responde ¿Qué sientes por mi? (Tenía los ojos humedecidos por las lágrimas y aún así se veía hermosa).

-No sé como definirlo...

-Esfuérzate. La noche es larga y tengo tiempo, así que responde. ¿Qué sientes por mi? Piensa en voz alta de ser necesario.

-Victoria, yo... (Debo ser claro con ella y conmigo) Esta mañana cuando... No, más atrás. Hace dos días, decidí que volviendo de este viaje le propondría matrimonio, llevamos un par de años juntos y creí que sería una buena decisión, pero hoy mientras viajaba, me acordé de ti y comencé a dudar (Enarcó una ceja). No me mires con esa cara, te prometí ser sincero y hasta ahora no te he dado motivos para que desconfíes de mi.

-Continúa...


-Bueno. Después cuando vi tu nombre, todo se vino abajo, me di cuenta que no la amo, que solo me acostumbré a estar con ella, me di cuenta de todo lo que perdí cuando te perdí... Cuando nos perdimos (Levantó la ceja). Vamos guapa, tú también tienes tus defectos...  ¿O quieres que te recuerde tu primer trabajo? (Se sonrojó).

-No es necesario, recuerdo todo perfectamente.

-¿Incluso a ese tipo con el que me engañaste?

-Ya pagué las consecuencias de ese error, no voy a permitir que me lo cobres ahora.

-Yo también las pagué, fue por eso que todo se vino abajo.

-No te pedí que aparecieras en mi vida otra vez (Se puso de pie).

-Nadie te obligó a venir... Vienes aquí y me preguntas que quiero, pero ¿Qué quieres tú?... Y haz el favor de sentarte, estás haciendo una escena (Parecía estar a punto de discutir, pero se sentó, tomó mi copa, bebió un sorbo largo de vino y me miró).

-Nunca me he perdonado haberte sido infiel, todo sería diferente ahora (Y una lágrima rodó por su mejilla).

lunes, 3 de abril de 2017

Sólo un recuerdo? V


Victoria

Su Mirada intensa sobre la mía durante la canción y la canción misma, fueron un detonante explosivo en mi. Aún me gusta, aún lo quiero, pero ¿Lo amo?

-Buenas noches, mi nombre es Amanda y seré su garzona esta noche ¿Qué desea pedir?

[Aparecida de la nada, la garzona nos tomó el pedido y se fue, mas el momento de complicidad ya estaba roto.]

-Muy bien, en 25 minutos está su pedido.

-Gracias... Ahora dime ¿Qué pretendías con invitarme a salir? (Si el momento se quebró, no tiene sentido andar con rodeos)

-Verte, no hay respuesta más sincera que esa. Seguí un impulso cuando vi tu nombre esta tarde, lo hice sin pensar realmente, pero déjame decirte, no es algo que me cause remordimiento, me alegra haber ignorado a esa vocecita que me decía que era una locura. Te ves hermosa, radiante, eres un sueño. (¿Un sueño? ¿Qué siente por mi? ¿Qué pretende realmente?) No pongas esa cara, te soy sincero y te propongo una cena sincera, en la que cada uno pueda resolver todas las dudas que tenga sobre el otro con la tranquilidad de que es honesto. (¿Quiere sinceridad? Perfecto, veamos que tan sincero es)

-Acepto, dime ¿Para cuando es la fecha de tu matrimonio? (¿Mucho para empezar?)

-*tos* ¿De dónde…*tos* sacaste eso? (O sea que es verdad).

-Intuición.

-Tenía pensado pedirle matrimonio cuando volviera de este viaje ¿Que te hizo preguntar eso?

-Tu cara de culpa.

-Viniendo de ti no me sorprende… ¿Cuando pensabas decirme que terminaste con tu novio y que no fue una simple pelea, antes o después del postre?

-¿Cómo lo sabes? (Sentí como se me iba el color del rostro).

-Estás pálida preciosa.

-¿Cómo…?

-No hace falta. Alguien que tiene la esperanza de volver contigo, te llama al día siguiente, te compra un ramo de flores y te regala chocolates. Alguien que sabe que no hay vuelta atrás, no te llama en nueve días. ¿Asombrada?

-La verdad sí, asombrada. Hay que conocerme mucho como para llegar a ese tipo de conclusiones. (Al menos tiene la decencia de sonrojarse) ¿Sabe que estás conmigo aquí, ahora?

-No. Háblame de tu hijo.

-Aquí está su pedido, espero que lo disfruten.

-Gracias, Amanda. (Prácticamente desapareció) Tiene siete años, se llama Octavio, como mi padre, es un niño muy inteligente, tiene mi sonrisa ¿Qué más te puedo decir? ¿Háblame de tu futura esposa?

-Es licenciada en artes, mayor que yo, la conocí en una cena en casa de mi madre, llevamos 3 años juntos…

-No me convences, sé que puedes hacerlo mejor. Se supone que te quieres casar con ella ¿No deberías hablar de ella con más ilusion? ¿Con más alegría al menos?... Darío Osses Ercilla, mírame a los ojos y dime que la amas.

-Yo… No puedo.

-¿Te vas a casar?

-Ya no, hoy en la mañana sí, pero ahora no, ya no, no podría ¿Cómo? No puedo volver a mirarla a la cara y decirle algo que no siento ¿Cómo quieres que me case con una mujer que no amo? Al menos me alegro de no haberle propuesto matrimonio aún.

-¿Por qué ahora ya no? ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

-Prometí ser honesto… Tú.

domingo, 2 de abril de 2017

Sólo un recuerdo? IV

Darío

-¡Oh! (Se ve preciosa cuando se sonroja)
-Vamos, no sabes lo que cuesta hacer una reservación aquí, además hoy tienen música en vivo
-¡¿Música en vivo?!
-Sí (Le sonreí, me encanta ver como se le ilumina la mirada cada vez que sonrío). Si no recuerdo mal, es un tributo a Mocedades.
-¿Mocedades?
-(Le ofrecí el brazo) Creí que te gustaba…
-¿Algo más que deba saber? ¿O pretendes seguir intentando sorprenderme?
-No lo sé ¿Sabías que aquí preparan la mejor pasta de la ciudad? (Creí que era imposible sorprenderte).
-Déjame ver si entiendo, buscaste el restaurante más elegante, que sirviera la mejor pasta y que tuviese música de mi preferencia.
-Más o menos (Obvio que sí). Sólo busqué el más elegante, las otras dos son coincidencia.

Entramos, nos llevaron a la mesa que reservé, nos sentamos, pedí algo para tomar, algo de su preferencia claro y la observé con más detenimiento.

-No creo que todo sea coincidencia (Sinceramente, si lo creyeras, no serías tú).
-Aquí entre nos, debo reconocer que solo la música en vivo es coincidencia, pero quizás tu también deberías reconocer unas cuantas cosas. (Entonces puse el último número de la revista City sobre la mesa, abierta en la editorial) El vestido te lo creo, te dije que estuvieras elegante, pero vienes de la peluquería y te maquillaste con segundas intenciones, en todo caso, justo un vestido sin espalda… Según la fecha de publicación esta foto es de hace una semana y tienes el pelo más largo, y por lo que se ve, casi no usas maquillaje para trabajar (me pasé la tarde mirando tu foto para no sorprenderme cuando te viera y aun así se me detuvo el corazón cuando te ví).
-Solo la peluquería es coincidencia. Tenía la hora pedida hace dos semanas, el vestido y el maquillaje son intencionales ¿De dónde sacaste esa revista?
-Me la dieron en el hotel, cuando pedí que me recomendaran un restaurante (Y me alegro que así fuese), así que debería darte las gracias por recomendarme un lugar tan bueno, aún sin saber que lo hacías.
-Leíste mi artículo (Lo releí mil veces, podría repetir palabra por palabra). Hiciste trampa ¡Nada fue coincidencia!
-No cambias, sigues haciendo más trabajo del que debes, por lo que leí, no solo haces la editorial, también escribes un artículo gastronómico y por lo que supe hoy en mi reunión, haces un par de entrevistas de vez en cuando.
-Puede que si haga un par de cosas de más…

La miré a los ojos y llamé a una mesera para que nos tomara el pedido y comenzó a sonar la primera canción de la noche…
No has cambiado sigues siendo tú
y yo sigo igual que siempre,
enseguida te reconocí
fue un latido diferente,
será que tanto tiempo
apenas nos rozó,
solo pasó por dentro…

De todas las canciones que tiene Mocedades ¿Tenía que ser justo esa la primera? Nos miramos a los ojos durante toda la canción, su  mirada tan intensa como siempre, provocando sensaciones olvidadas y despertando recuerdos que creía perdidos.

Cuando terminó la canción ya daba igual cual siguiera, sólo tenía atención para ella, ninguno apartaba la vista del otro, parecía que nada rompería el momento…

-Buenas noches, mi nombre es Amanda y seré su garzona esta noche ¿Que desea pedir? (Bueno, tú si pudiste romper el momento).

-Buenas noches Amanda, yo quiero los ravioles de albahaca con pesto Genovese y para beber voy a querer un jugo de frambuesa.

-¿Usted señor?

-Creo que voy a pedir lo mismo que ella, pero para beber prefiero el tinto de la casa.

-Muy bien, en 25 minutos está su pedido.

-Gracias, ahora dime ¿Que pretendías con invitarme a salir? (Esta mujer es de otro mundo, directo al grano, como siempre)

-Verte, no hay respuesta más sincera que esa. Seguí un impulso cuando vi tu nombre esta tarde, lo hice sin pensar realmente, pero déjame decirte, no es algo que me cause remordimiento, me alegra haber ignorado a esa vocecita que me decía que era una locura. Te ves hermosa, radiante, eres un sueño. (Levantó la ceja, que gesto tan suyo) No pongas esa cara, te soy sincero y te propongo una cena sincera, en la que cada uno pueda resolver todas las dudas que tenga sobre el otro con la tranquilidad de que es honesto. (Levanté mi copa y bebí un poco)

-Acepto, dime ¿Para cuando es la fecha de tu matrimonio? (¡Casi me ahogo!)

-*tos* ¿De dónde…*tos* sacaste eso? (Mujer, casi me matas)

-Intuición.

-Tenía pensado pedirle matrimonio cuando volviera de este viaje ¿Qué te hizo preguntar eso?

-Tu cara de culpa. (Entonces vamos a jugar tu juego preciosa)

-Viniendo de ti no me sorprende… ¿Cuando pensabas decirme que terminaste con tu novio y que no fue una simple pelea, antes o después del postre? (Ahora fue su turno de espantarse)

-¿Como lo sabes?

-Estás pálida preciosa.

-¿Cómo... ?

-No hace falta. Alguien que tiene la esperanza de volver contigo, te llama al día siguiente, te compra un ramo de flores y te regala chocolates. Alguien que sabe que no hay vuelta atrás, no te llama en nueve días. ¿Asombrada?

Sólo un recuerdo? III

Victoria

-¿Por qué estás tan callado? (¿Por qué susurras? ¿Estás nerviosa?) ¿En qué piensas? Mejor dicho ¿En quién? (silencio) En ella, tu novia (Intentó soltarme y le sostuve la mano) No.
-¿No qué?
-No… No me sueltes, es que…
-No quiero hac…
-No se trata de causar daño, tan solo… (¿De que se trata entonces?) Solo prométeme que serás sincero en todo lo que me digas y que vamos a disfrutar esta noche juntos, sin prejuicios (Me dedicó la sonrisa más maravillosa del mundo, sigue siendo el hombre del que un día me enamoré).
-Te lo prometo. De todas maneras voy a soltarte.
-¿Por qué?
-Ya llegamos preciosa.
-¡Oh! (No pude evitar sonrojarme).
-Vamos, no sabes lo que cuesta hacer una reservación aquí, además hoy tienen música en vivo.
-¡¿Música en vivo?!
-Sí (me dedicó una de esas sonrisas maravillosas) si no recuerdo mal, es un tributo a Mocedades.
-(No pude evitar levantar una ceja) ¿Mocedades?
-(Me ofreció el brazo, que galán) Creí que te gustaba…
-¿Algo más que deba saber? ¿O pretendes seguir intentando sorprenderme?
-No lo sé ¿Sabías que aquí preparan la mejor pasta de la ciudad?
-Déjame ver si entiendo ¿Buscaste el restaurante más elegante, que sirviera la mejor pasta y que tuviese música de mi preferencia?
-Más o menos. Sólo busqué el más elegante, las otras dos son coincidencia.

Entramos, una recepcionista muy agradable nos llevó a la mesa que había reservado, pidió dos pisco sour con albahaca y la carta, me dirigió una sonrisa encantadora, como pidiendo disculpas y se quedó mirando el vestido.

-No creo que todo sea coincidencia
-Aquí entre nos, debo reconocer que solo la música en vivo es coincidencia, pero quizás tu también deberías reconocer unas cuantas cosas. (Dicho eso puso el último número de la revista City sobre la mesa, abierta en la editorial, con mi foto ahí, vestida como una mujer de negocios, devolviéndome la mirada con esa sonrisa de satisfacción que pongo cuando me toman fotos para el trabajo) El vestido te lo creo, te dije que estuvieras elegante, pero vienes de la peluquería y te maquillaste con segundas intenciones, en todo caso, justo un vestido sin espalda… (Me volví a sonrojar) Según la fecha de publicación esta foto es de hace una semana y tienes el pelo más largo, y por lo que se ve, casi no usas maquillaje para trabajar
-Solo la peluquería es coincidencia (A estas alturas no tenía ningún sentido intentar mentir) Tenía la hora pedida hace dos semanas, el vestido y el maquillaje son intencionales ¿De dónde sacaste esa revista?
-Me la dieron en el hotel, cuando pedí que me recomendaran un restaurante, así que debería darte las gracias por recomendarme un lugar tan bueno, aún sin saber que lo hacías.
-Leíste mi artículo (Entonces lo recordé todo, en el artículo comenté acerca de la buena pasta, la música en vivo dos veces por semana y que hoy harían un tributo a Mocedades) Hiciste trampa ¡Nada fue coincidencia!
-No cambias, sigues haciendo más trabajo del que debes, por lo que leí, no solo haces la editorial, también escribes un artículo gastronómico y por lo que supe hoy en mi reunión, haces un par de entrevistas de vez en cuando.
-Puede que sí haga un par de cosas de más…

Me miró a los ojos y llamó a una mesera para que nos tomara el pedido y comenzó a sonar la primera canción de la noche…

No has cambiado sigues siendo tú
y yo sigo igual que siempre,
enseguida te reconocí
fue un latido diferente,
será que tanto tiempo
apenas nos rozó,
solo pasó por dentro.

Como siempre, como ayer,
tú más hombre, yo más mujer,
como niños, sin saber que hacer;
una copa, un café
tu mirando, yo mírame,
sin palabras, igual que aquella vez;
¿Tú que cuentas? yo ¿Como estás?
tú nervioso, yo mucho más,
es extraño, parece todo igual... igual.

Se hace tarde y tengo que irme ya
tú te pierdes con la gente,
los recuerdos y la realidad
se confunden lentamente,
esperame un momento
de vernos otra vez
y detener el tiempo.

Como siempre, como ayer,
tú más hombre, yo más mujer,
como niños, sin saber que hacer;
una copa, un café
tu mirando, yo mírame,
sin palabras, igual que aquella vez;
¿Tú que cuentas? yo ¿Como estás?
tú nervioso, yo mucho más,
es extraño, parece todo igual… igual.

Un segundo y después
tú a lo tuyo y yo también
como siempre, igual que aquella vez

sábado, 1 de abril de 2017

Sólo un recuerdo? II

Darío

Me bajé del avión, recogí mi equipaje y mi socio y yo nos fuimos al hotel a dejar nuestras cosas y a buscar un lugar donde almorzar cerca del edificio donde sería la reunión con los arquitectos. Almorzamos algo liviano y rápido, no me gusta comer mucho después de viajar en avión, los aviones me estresan demasiado.

-Estás distraído.
-¿Qué?
-¿En quién piensas, Darío? ¿Una mujer?
-Me estresan los aviones, lo sabes, bien podrías haber venido solo (Y sí, pienso en una mujer, pero eso no te interesa).
-Tú estarás a cargo de este proyecto y tendrás que viajar al menos una vez al mes, es hora de que te acostumbres y lo mínimo, es que estés en la primera reunión.
-Si ya terminaste eso, paguemos la cuenta y vamos a esa reunión, me muero por descansar de ese vuelo ¿Tienes planes para esta noche?
-Vamos a pagar a la caja. Sí, mi sobrina estudia aquí y mi hermana me pidió que fuera a visitarla, prefiero hacerlo hoy, es posible que las próximas noches tengamos que salir a cenar con socios y clientes ¿Y tú?
-La verdad, solo quiero dormir, quizás visite el bar del hotel.

Pagamos y nos largamos de ahí, el lugar donde sería la reunión era un edificio de oficinas de diez pisos, entramos a un hall amplio y nos dirigimos a la recepción para preguntar por los arquitectos.
-Disculpe estamos buscando a Matías y Samuel Olivares.
-Salieron a almorzar, pero…
La voz de la recepcionista se fue apagando a medida que mi atención se concentraba en otra cosa, detrás de ella estaba la lista de oficinas y funcionarios del edificio. 
“Revista City, Editor(a) Victoria Angelini M. 10º piso”
-Disculpe ¿Usted podría darme el número de la oficina de la editora de la revista City?
-No creo que pueda, señor.
-¿Darío, para que quieres el número de esa mujer?
-Usted no entiende, ella es amiga mía, no sabía que vivía en esta ciudad. Vine por muy poco tiempo y me gustaría hablar con ella (¿Qué estoy diciendo? No sé nada de ella en años y ahora… ¿Ahora qué?).
-¿Cómo se que no está inventando eso?
-Bueno no creo que sea muy difícil ubicarla, claro que me demoraré más si tengo que subir hasta el décimo piso, puede que esté en hora de colación y no esté en su oficina… Si quiere podría describirla, saldríamos de la duda, puede que sea otra Victoria Angelini, pero cómo saberlo…
-No hace falta, aquí está su tarjeta.

Me entregó una tarjetita blanca con letras verdes, muy sobria, muy ella, decía “Victoria Angelini Masanet, Editora revista City” Era ella sin duda, me quedé mirando la tarjeta.

-¿Qué se supone que estas esperando, que salga de la tarjeta y te diga hola?
-No (Estoy esperando a entrar en razón, pero la razón no vino y marqué).
-Aló? (Esa es su voz).
-Hola ¿Como estás?
-¿Con quien hablo?
-(Voy a jugar un poco) ¿No te acuerdas de mi?
-No.
-¿Ni siquiera reconoces mi voz?
-NO.
-(Seguro que hasta frunció el ceño, ese pensamiento me hizo gracia, imaginármela enojada, no pude evitar reírme) Jajaja
-Darío?
-¿Ves? no era tan difícil acordarse de mí ¿Qué me delató?
-Tu risa...
-¿Si nos viéramos, me reconocerías? (¿Qué estoy diciendo? ¿Vernos?)
-No-no lo sé.
-¿No lo sabes? ¿Por que tartamudeas? ¿Estás nerviosa? Dime ¿Te gustaría salir de la duda?
-¿Dónde estás?
-Estoy de viaje, vine a un par de reuniones con unos arquitectos que necesitan un ingeniero como yo.
-¿Y como es que sabes donde vivo, donde trabajo? Más aún ¿Cómo es que sabes el número directo de mi oficina?
-El destino guapa, resulta que eres la editora en jefe de la revista que ocupa los últimos tres pisos del edificio donde trabajan mis arquitectos.
-Esos arquitectos... ¿Cómo diste con mi número?
-Puedo decirte que la recepcionista es muy sobornable, le dije... En verdad no importa.
-La seguridad es pésima. Sé perfectamente que le dijiste, casi puedo verte coqueteándole...
-Jajajaja (Roberto me tocó el hombro para avisarme de la llegada de los arquitectos, debería pedirle que nos juntemos) Llegaron mis anfitriones ¿Qué haces para divertirte en esta ciudad?
-Seguramente tus anfitriones te dirán cómo.
-Al menos en eso no has cambiado, ya veremos más tarde si es lo único que sigue igual.
-¿Que quieres decir con eso? (Sí ¿Qué quiero decir con eso?)
-Hay que ser directo contigo. Me desocupo a las seis, paso por ti a las siete (Roberto me miró tan sorprendido de escuchar mis palabras como yo estaba de decirlas).
-En eso tampoco has cambiado. No puedo.
-(No se me va a escapar, no ahora…) No mientas, tu secretaria dijo que estabas libre (Que mentira tan tonta).
-¿Cuando hablaste con ella?
-Jajajaja (¡Se lo creyó!).
-Espera, no hablaste con ella.
-Te delataste sola ¿A qué hora paso por ti y a dónde? Alquilé un auto (¿Por qué dije eso?).
-Juntémonos en el bar de tu hotel
-Ni soñarlo, veré ese bar todas las noches, no cambiaré de idea, y ni creas que nos juntaremos en otro lugar, paso por ti, me aseguraré de que andes conmigo, no de que te juntes conmigo
-Dame tu número, te mando mi dirección por mensaje.
-Perfecto, nos vemos guapa, por cierto, ponte ropa elegante, iremos a un restaurante que me recomendaron (¿De verdad?).
-Dijiste...
-Sé lo que dije, pero de lo contrario no hay manera de que cedas un poco. Besos guapa (Corté).
-¿En que momento alquilaste un auto? ¿Y cuando se te pasó el estrés de viajar en avión?
-Aparentemente ahora y lo del auto, en el hotel como en tres horas más.
-Darío te presento a Matías y Samuel Olivares, si todo sale bien, nuestros socios en los próximos dos años.

Subimos al sexto piso y la reunión fue fácil, nos fuimos al hotel, mientras Roberto subía fui a alquilar un auto, idealmente con GPS, y a que me recomendaran un buen restaurante, después de eso subí a ducharme y a las seis y media fui a buscarla, introduje la dirección de su casa y el restaurante y cuando estuve en su puerta le mandé un mensaje “Estoy afuera guapa”, guapa, nos solíamos decir así, hace ya muchos años, me bajé del auto y abrí la puerta del copiloto, por algún motivo sentí la necesidad de impresionarla, pero en cuanto salió el impresionado fui yo, está bellísima.
-Linda casa ¿Tienes perro? (¿Qué? Te ves preciosa. Idiota ¿Qué importa si tiene perro?)
-No, tengo un gato, ya que preguntas. No has cambiado...
-Al menos por fuera (Cuando te fuiste todo cambió), pero tú sí, mucho, vaya que has cambiado, jamás creí que diría esto, pero estas mucho más mujer que la última vez que te ví (Hace demasiado tiempo, seguro hasta se casó).
-¿Eso es un cumplido?
-Uno muy bueno, ya por ese entonces eras muy mujer, estás radiante, mucho más que eso, pero ya tendremos tiempo en la cena para hablar de lo que provocó ese cambio (¿Por qué dije eso? Seguramente su marido provocó ese cambio… No me di cuenta y mi cara estaba sobre la de ella, le di un beso en la mejilla, y no pude evitar oler su perfume, es el mismo de siempre, me quedé un momento disfrutando su olor… Tonto ¡Basta ya! Le tendí la mano) Mi Lady.

Le besé la mano y la miré, no tiene anillo, eso me hizo sonreír, no sé porque, pero estaba aguantando la respiración, la ayudé a subir al auto, cerré la puerta y respiré, como si tuviera un peso menos encima, di la vuelta, me subí, prendí el motor y la miré a los ojos, vaya que es hermosa, sobre todo cuando sonríe.

-¿Por que sonríes tanto, guapa?
-Recuerdos, momentos, tú... (¿Yo?)
-Será una noche interesante (Estuvimos un rato en silencio, mientras yo manejaba y pensaba en esa respuesta, yo… ¿Qué hay tras esa sonrisa?) Eres soltera (¿Por qué dije eso?)
-No es una pregunta ¿Cuanto tiempo me miraste las manos en busca de un anillo?
-No se te escapa una (Claro que no, si no, no sería ella), cuando te besé.
-¿Y tú?
-¿Yo qué? Saca tus propias conclusiones.
-Viudo, con siete hijos.
-Jajajaja (No ha cambiado en eso) Vamos Vittoria, puedes hacerlo mejor ¿Por que esa cara? (Es lógico que ponga esa cara, le decías así cuando se amaban, cuando era tuya).
-Nadie me decía así en años... Ahora en serio, no te has casado, no tienes hijos, pero tienes novia (Lo supo enseguida, tan observadora, tan ella).
-Muy bien, en eso no has cambiado, pero tu forma de decirlo me hace mirarte mejor, tu casa... tienes una casa muy grande como para vivir sola, tienes hijos... Y ellos tienen un padre (¿Quién dijo que había que casarse para formar una familia?).
-Me alegro que no te creyeras el cuento de la cigüeña (¿Me está tomando el pelo?), tengo un hijo y sí, tiene padre, pero nunca nos casamos, terminamos un mes después de que me propuso matrimonio, pero... (Soltera, pero…)
-¿Pero?
-Tengo novio (Si, tienes uno, pero están mal, te conozco hermosa).
-No suenas muy convencida, déjame adivinar, no se hablan desde al menos tres días, discutieron, fue algo que dijiste (Siempre es algo que dijiste…).
-Nueve días, le dije que no necesitaba un príncipe azul (¿Nueve? Ja. Eres demasiado independiente, demasiado buena para un idiota que no te busca en nueve días ¿Y tú que eres? Dejaste que pasaran años…)
-Eso lo sabe cualquiera que te conozca un poco, pero es suficiente para mi... (¿Lo es? Vaya que sí. Una vocecita en mi interior preguntó por Sofía).

Llegamos a un semáforo en rojo y le tomé y besé la mano, y entrelacé mis dedos en los suyos, seguimos en silencio, mirándonos de vez en cuando, tomados de la mano. No quería pensar, solo sentirla, no retiró su mano, al contrario, la sostuvo con fuerza, como si no quisiera soltarme ¿Qué sientes por ella? ¿Renunciarías a todo por ella? ¿A Sofía? No quiero pensar, solo estar a su lado, disfrutar el momento, la complicidad sigue aquí, deberíamos odiarnos ¿Deberíamos? Nos hicimos mucho daño… Pero aquí estamos, tomados de la mano, como la primera vez que nos dijimos lo que sentíamos ¿Qué sientes por ella? ¿La quieres? Sí ¿La amas? Yo…
-¿Por qué estás tan callado? (Está susurrando, no quiere romper el momento, está tan nerviosa como tú) ¿En qué piensas? Mejor dicho ¿En quién? (silencio) En ella, tu novia (Si no lo supieras no serías tú. Intenté soltarla) No.
-¿No qué?
-No… No me sueltes, es que…
-No quiero hac (Me interrumpió)
-No se trata de causar daño, tan solo… Solo prométeme que serás sincero en todo lo que me digas y que vamos a disfrutar esta noche juntos, sin prejuicios (No pude evitar sonreír, es ella, más segura de sí misma, pero nada más, sigue siendo la mujer de la que un día me enamoré).
-Te lo prometo (Llegamos). De todas maneras voy a soltarte.
-¿Por qué?
-Ya llegamos preciosa…

Sólo un recuerdo? I

Victoria

Estaba en la oficina, en el descanso para comer, cuando sonó el teléfono. 

-(Número desconocido) Aló?
-Hola ¿Como estás?
-¿Con quién hablo?
-¿No te acuerdas de mi? (parecía divertido).
-No.
-¿Ni siquiera reconoces mi voz?
-(Su tono de diversión comenzaba a molestarme) NO (Estaba cada vez más enojada).
-Jajaja
-(Esa risa, como olvidarla) ¿Darío?
-¿Ves? No era tan difícil acordarse de mí ¿Qué me delató?
-Tu risa...
-¿Si nos viéramos, me reconocerías?
-(Miré hacia atrás como una tonta, evidentemente, él no estaba ahí) No-no lo sé.
-¿No lo sabes? ¿Por qué tartamudeas? ¿Estás nerviosa? Dime ¿Te gustaría salir de la duda?
-¿Dónde estás?
-Estoy de viaje, vine a un par de reuniones con unos arquitectos que necesitan un ingeniero como yo.
-¿Y cómo es que sabes donde vivo, dónde trabajo? Más aún ¿Cómo es que sabes el número directo de mi oficina?
-El destino guapa, resulta que eres la editora en jefe de la revista que ocupa los últimos tres pisos del edificio donde trabajan mis arquitectos.
-Esos arquitectos... ¿Cómo diste con mi número?
-Puedo decirte que la recepcionista es muy sobornable, le dije... En verdad no importa.
-(Me mordí el labio) La seguridad es pésima. Sé perfectamente que le dijiste, casi puedo verte coqueteándole...
-Jajajaja (Esa risa...) Llegaron mis anfitriones ¿Qué haces para divertirte en esta ciudad?
-Seguramente tus anfitriones te dirán como.
-Al menos en eso no has cambiado, ya veremos más tarde si es lo único que sigue igual.
-¿Que quieres decir con eso?
-Hay que ser directo contigo. Me desocupo a las seis, paso por ti a las siete.
-En eso tampoco has cambiado. No puedo.
-No mientas, tu secretaria dijo que estabas libre.
-¿Cuando hablaste con ella?
-Jajajaja.
-Espera, no hablaste con ella.
-Te delataste sola ¿A qué hora paso por ti y a dónde? Alquilé un auto.
-Juntémonos en el bar de tu hotel.
-Ni soñarlo, veré ese bar todas las noches, no cambiaré de idea, y ni creas que nos juntaremos en otro lugar, paso por ti, me aseguraré de que andes conmigo, no de que te juntes conmigo.
-(Me volví a morder el labio) Dame tu número, te mando mi dirección por mensaje.
-Perfecto, nos vemos guapa, por cierto, ponte ropa elegante, iremos a un restaurante que me recomendaron
-Dijiste...
-Sé lo que dije, pero de lo contrario no hay manera de que cedas un poco. Besos guapa (Cortó)
-¡Oye!

En ese momento mi corazón explotó, en una fracción de segundo comprendí todo el significado de esa conversación y caí en la cuenta de lo que había hecho... ¿Cómo una voz y una risa podían despertar en mi algo que creía olvidado? Volví a levantar el auricular del teléfono.

-¿Cecilia?
-Sí, señora Victoria ¿Necesita algo?
-Sí, puedes llamar a mi niñera para que vaya hoy a la casa, si puede, dile que la recojo a las seis, el precio de siempre ¿Algún recado?
-Sí, llamaron de contabilidad, lo de siempre, la reunión de mañana se cambió para el viernes en la mañana y mañana en la tarde tiene una entrevista con los arquitectos del sexto piso, quieren un reportaje sobre su nuevo proyecto (No puede ser ¿Justo esos arquitectos?) y confirmé su hora a la peluquería es hoy a las cinco.
-Lo olvidé por completo ¿Hay algo urgente para mañana? 
-No, solo la entrevista, pero es en la tarde.
-Ok, tú terminas lo tuyo y te puedes ir, lo que tenga que revisar para la revista déjalo en mi escritorio.
-Muy bien ¿Eso es todo?
-Si, gracias (Corté).

Peluquería, va a pensar que me arreglé apropósito ¿Y qué importa que piense? ¿No importa, verdad? Estúpida entrevista, estúpidos arquitectos, estúpido Darío que aparece justo ahora...

A las cinco menos cuarto ordené mis papeles, y me fui rumbo a la peluquería, una hora más tarde salí de la peluquería con el pelo considerablemente más corto y peinada, pasé al supermercado a comprar todo para hacer Hot-Dogs, pasé por mi niñera y llegué a casa a las seis y media.

-¡Llegué!
-Hola mamá.
-Hola cielo mío ¿Qué tal el colegio?
-Bien, el viernes es la feria de ciencias.
-¿El viernes? Señora Lupe puede irse, vino Anita.
-Bueno señora, llamó el papá del niño.
-¿Que quería?
-Dijo que viene el viernes a buscarlo, pero que usted lo llamara.
-Gracias, señora Lupe, hasta mañana.
-Hasta mañana, señora Victoria.
-Mamá, mamá ¿Por qué vino Anita? ¿Vas a salir?
-Sí amor, pero vuelvo temprano ¿A que hora es la feria el viernes?
-A las tres ¿Puedes ir, verdad? ¿Me juras que vuelves temprano?
-Sí amor, sí a las dos, traje todo para que hagan Hot-Dogs, pero nada de acostarse muy tarde.
-¿Vas a salir con tu novio?
-No mi cielo, con un amigo que no veo hace mucho y está de visita en la ciudad.
-¿Y tu novio?
-(Esa es una gran pregunta) No sé amor, no he hablado con él (Hace días que no hablamos, poco más de una semana, desde esa tonta discusión... Y aparece Darío justo ahora… Que oportuno) ¡Mira la hora! Es tarde me voy a cambiar, Anita, si llega antes de que esté lista hazlo pasar.
-Sí, señora Vicky.
-Gracias, vayan a preparar sus Hot-Dogs (No le dije que tengo un hijo... ¿Y que importa?... ¿No importa, verdad?).

Me cambié el traje de dos piezas, por un vestido corto con cuello subido, pero sin espalda, verde oscuro, zapatos de taco alto y el maquillaje casi inexistente que uso para trabajar fue reemplazado por uno más cargado que resalte mis ojos ¿Por qué estoy tan nerviosa? Puede que hasta esté casado y solo quiera saber de mi, pero...
A las siete menos cinco bajaba las escaleras de mi casa hasta el primer piso.

-¿Y? ¿Cómo me veo?
-Se ve muy guapa, es un amigo muy querido según parece (Me sonrojé hasta límites insospechados).
-¿Mamá, por que tan elegante?
-Vamos a un restaurante elegante, cielo (Decidí ignorar el comentario de Anita) ¿Te parece mucho?
-No mamá, te ves hermosa.
-Gracias, mi cielo (Sonó mi celular, un mensaje "Estoy afuera guapa") Vinieron por mi, te amo hijito, pórtate bien.
-Sí, mamá.
-Cualquier cosa me llaman.
-No se preocupe, señora Vicky, diviértase.
-Bueno, mi beso de buenas noches (muack) Ciao.

Salí de la casa y ahí estaba el muy galante, sosteniendo la puerta del auto.

-Linda casa ¿Tienes perro? (No pude evitar perderme en sus ojos y sonrojarme, por supuesto).
-No, tengo un gato, ya que preguntas. No has cambiado...
-Al menos por fuera, pero tú sí, mucho, vaya que has cambiado, jamás creí que diría esto, pero estas mucho más mujer que la última vez que te vi.
-¿Eso es un cumplido?
-Uno muy bueno, ya por ese entonces eras muy mujer, estás radiante, mucho más que eso, pero ya tendremos tiempo en la cena para hablar de lo que provocó ese cambio (Me dio un beso en la mejilla, lento, saboreando mi perfume y me tendió la mano) Mi Lady.

Me besó la mano y me ayudó a subir al auto, cerró la puerta tras de mi, dio la vuelta, se subió, prendió el motor y me miró a los ojos

-¿Por que sonríes tanto, guapa?
-Recuerdos, momentos, tú...
-Será una noche interesante (Comenzó a manejar como si se supiera las calles de memoria, hasta que caí en la cuenta del GPS del vehículo, anduvimos un rato en silencio) Eres soltera.
-No es una pregunta ¿Cuanto tiempo me miraste las manos en busca de un anillo?
-No se te escapa una, cuando te besé.
-¿Y tú?
-¿Yo qué? Saca tus propias conclusiones.
-Viudo, con siete hijos
-Jajajaja (Esa risa) Vamos Vittoria, puedes hacerlo mejor ¿Por qué esa cara?
-Nadie me decía así en años... Ahora en serio, no te has casado, no tienes hijos, pero tienes novia.
-Muy bien, en eso no has cambiado, pero tu forma de decirlo me hace mirarte mejor, tu casa... tienes una casa muy grande como para vivir sola, tienes hijos... Y ellos tienen un padre.
-Me alegro que no te creyeras el cuento de la cigüeña, tengo un hijo y sí, tiene padre, pero nunca nos casamos, terminamos un mes después de que me propuso matrimonio, pero...
-¿Pero?
-Tengo novio
-No suenas muy convencida, déjame adivinar, no se hablan desde al menos tres días, discutieron, fue algo que dijiste.
-Nueve días, le dije que no necesitaba un príncipe azul.
-Eso lo sabe cualquiera que te conozca un poco, pero es suficiente para mi...

Me miró a los ojos en un semáforo en rojo y me tomo la mano, la besó y entrelazó sus dedos a los míos, seguimos en silencio, con mi corazón apunto de explotar y mirándonos de vez en cuando...

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Esta historia es de mi autoría, pero comencé a escribirla en otro blog en el que participaba como colaboradora. A partir de ahora subiré los capítulos iniciales y la continuaré aquí.

Mil disculpas

Va a sonar casi ridículo, pero acabo de darme cuenta que llevo casi dos años sin escribir nada y me siento muy decepcionada de mi, he permitido que mis responsabilidades me alejen de esta parte tan importante de mi misma. No prometo escribir como solía hacerlo, pero sí pasarme por aquí de una forma más periódica, aunque sea para contarles que estoy viva o como va la universidad.

He regresado con un nuevo aspecto en el blog y con muchas ganas de quedarme.

Prontamente estaré subiendo algunas cosas interesantes.