sábado, 1 de abril de 2017

Sólo un recuerdo? II

Darío

Me bajé del avión, recogí mi equipaje y mi socio y yo nos fuimos al hotel a dejar nuestras cosas y a buscar un lugar donde almorzar cerca del edificio donde sería la reunión con los arquitectos. Almorzamos algo liviano y rápido, no me gusta comer mucho después de viajar en avión, los aviones me estresan demasiado.

-Estás distraído.
-¿Qué?
-¿En quién piensas, Darío? ¿Una mujer?
-Me estresan los aviones, lo sabes, bien podrías haber venido solo (Y sí, pienso en una mujer, pero eso no te interesa).
-Tú estarás a cargo de este proyecto y tendrás que viajar al menos una vez al mes, es hora de que te acostumbres y lo mínimo, es que estés en la primera reunión.
-Si ya terminaste eso, paguemos la cuenta y vamos a esa reunión, me muero por descansar de ese vuelo ¿Tienes planes para esta noche?
-Vamos a pagar a la caja. Sí, mi sobrina estudia aquí y mi hermana me pidió que fuera a visitarla, prefiero hacerlo hoy, es posible que las próximas noches tengamos que salir a cenar con socios y clientes ¿Y tú?
-La verdad, solo quiero dormir, quizás visite el bar del hotel.

Pagamos y nos largamos de ahí, el lugar donde sería la reunión era un edificio de oficinas de diez pisos, entramos a un hall amplio y nos dirigimos a la recepción para preguntar por los arquitectos.
-Disculpe estamos buscando a Matías y Samuel Olivares.
-Salieron a almorzar, pero…
La voz de la recepcionista se fue apagando a medida que mi atención se concentraba en otra cosa, detrás de ella estaba la lista de oficinas y funcionarios del edificio. 
“Revista City, Editor(a) Victoria Angelini M. 10º piso”
-Disculpe ¿Usted podría darme el número de la oficina de la editora de la revista City?
-No creo que pueda, señor.
-¿Darío, para que quieres el número de esa mujer?
-Usted no entiende, ella es amiga mía, no sabía que vivía en esta ciudad. Vine por muy poco tiempo y me gustaría hablar con ella (¿Qué estoy diciendo? No sé nada de ella en años y ahora… ¿Ahora qué?).
-¿Cómo se que no está inventando eso?
-Bueno no creo que sea muy difícil ubicarla, claro que me demoraré más si tengo que subir hasta el décimo piso, puede que esté en hora de colación y no esté en su oficina… Si quiere podría describirla, saldríamos de la duda, puede que sea otra Victoria Angelini, pero cómo saberlo…
-No hace falta, aquí está su tarjeta.

Me entregó una tarjetita blanca con letras verdes, muy sobria, muy ella, decía “Victoria Angelini Masanet, Editora revista City” Era ella sin duda, me quedé mirando la tarjeta.

-¿Qué se supone que estas esperando, que salga de la tarjeta y te diga hola?
-No (Estoy esperando a entrar en razón, pero la razón no vino y marqué).
-Aló? (Esa es su voz).
-Hola ¿Como estás?
-¿Con quien hablo?
-(Voy a jugar un poco) ¿No te acuerdas de mi?
-No.
-¿Ni siquiera reconoces mi voz?
-NO.
-(Seguro que hasta frunció el ceño, ese pensamiento me hizo gracia, imaginármela enojada, no pude evitar reírme) Jajaja
-Darío?
-¿Ves? no era tan difícil acordarse de mí ¿Qué me delató?
-Tu risa...
-¿Si nos viéramos, me reconocerías? (¿Qué estoy diciendo? ¿Vernos?)
-No-no lo sé.
-¿No lo sabes? ¿Por que tartamudeas? ¿Estás nerviosa? Dime ¿Te gustaría salir de la duda?
-¿Dónde estás?
-Estoy de viaje, vine a un par de reuniones con unos arquitectos que necesitan un ingeniero como yo.
-¿Y como es que sabes donde vivo, donde trabajo? Más aún ¿Cómo es que sabes el número directo de mi oficina?
-El destino guapa, resulta que eres la editora en jefe de la revista que ocupa los últimos tres pisos del edificio donde trabajan mis arquitectos.
-Esos arquitectos... ¿Cómo diste con mi número?
-Puedo decirte que la recepcionista es muy sobornable, le dije... En verdad no importa.
-La seguridad es pésima. Sé perfectamente que le dijiste, casi puedo verte coqueteándole...
-Jajajaja (Roberto me tocó el hombro para avisarme de la llegada de los arquitectos, debería pedirle que nos juntemos) Llegaron mis anfitriones ¿Qué haces para divertirte en esta ciudad?
-Seguramente tus anfitriones te dirán cómo.
-Al menos en eso no has cambiado, ya veremos más tarde si es lo único que sigue igual.
-¿Que quieres decir con eso? (Sí ¿Qué quiero decir con eso?)
-Hay que ser directo contigo. Me desocupo a las seis, paso por ti a las siete (Roberto me miró tan sorprendido de escuchar mis palabras como yo estaba de decirlas).
-En eso tampoco has cambiado. No puedo.
-(No se me va a escapar, no ahora…) No mientas, tu secretaria dijo que estabas libre (Que mentira tan tonta).
-¿Cuando hablaste con ella?
-Jajajaja (¡Se lo creyó!).
-Espera, no hablaste con ella.
-Te delataste sola ¿A qué hora paso por ti y a dónde? Alquilé un auto (¿Por qué dije eso?).
-Juntémonos en el bar de tu hotel
-Ni soñarlo, veré ese bar todas las noches, no cambiaré de idea, y ni creas que nos juntaremos en otro lugar, paso por ti, me aseguraré de que andes conmigo, no de que te juntes conmigo
-Dame tu número, te mando mi dirección por mensaje.
-Perfecto, nos vemos guapa, por cierto, ponte ropa elegante, iremos a un restaurante que me recomendaron (¿De verdad?).
-Dijiste...
-Sé lo que dije, pero de lo contrario no hay manera de que cedas un poco. Besos guapa (Corté).
-¿En que momento alquilaste un auto? ¿Y cuando se te pasó el estrés de viajar en avión?
-Aparentemente ahora y lo del auto, en el hotel como en tres horas más.
-Darío te presento a Matías y Samuel Olivares, si todo sale bien, nuestros socios en los próximos dos años.

Subimos al sexto piso y la reunión fue fácil, nos fuimos al hotel, mientras Roberto subía fui a alquilar un auto, idealmente con GPS, y a que me recomendaran un buen restaurante, después de eso subí a ducharme y a las seis y media fui a buscarla, introduje la dirección de su casa y el restaurante y cuando estuve en su puerta le mandé un mensaje “Estoy afuera guapa”, guapa, nos solíamos decir así, hace ya muchos años, me bajé del auto y abrí la puerta del copiloto, por algún motivo sentí la necesidad de impresionarla, pero en cuanto salió el impresionado fui yo, está bellísima.
-Linda casa ¿Tienes perro? (¿Qué? Te ves preciosa. Idiota ¿Qué importa si tiene perro?)
-No, tengo un gato, ya que preguntas. No has cambiado...
-Al menos por fuera (Cuando te fuiste todo cambió), pero tú sí, mucho, vaya que has cambiado, jamás creí que diría esto, pero estas mucho más mujer que la última vez que te ví (Hace demasiado tiempo, seguro hasta se casó).
-¿Eso es un cumplido?
-Uno muy bueno, ya por ese entonces eras muy mujer, estás radiante, mucho más que eso, pero ya tendremos tiempo en la cena para hablar de lo que provocó ese cambio (¿Por qué dije eso? Seguramente su marido provocó ese cambio… No me di cuenta y mi cara estaba sobre la de ella, le di un beso en la mejilla, y no pude evitar oler su perfume, es el mismo de siempre, me quedé un momento disfrutando su olor… Tonto ¡Basta ya! Le tendí la mano) Mi Lady.

Le besé la mano y la miré, no tiene anillo, eso me hizo sonreír, no sé porque, pero estaba aguantando la respiración, la ayudé a subir al auto, cerré la puerta y respiré, como si tuviera un peso menos encima, di la vuelta, me subí, prendí el motor y la miré a los ojos, vaya que es hermosa, sobre todo cuando sonríe.

-¿Por que sonríes tanto, guapa?
-Recuerdos, momentos, tú... (¿Yo?)
-Será una noche interesante (Estuvimos un rato en silencio, mientras yo manejaba y pensaba en esa respuesta, yo… ¿Qué hay tras esa sonrisa?) Eres soltera (¿Por qué dije eso?)
-No es una pregunta ¿Cuanto tiempo me miraste las manos en busca de un anillo?
-No se te escapa una (Claro que no, si no, no sería ella), cuando te besé.
-¿Y tú?
-¿Yo qué? Saca tus propias conclusiones.
-Viudo, con siete hijos.
-Jajajaja (No ha cambiado en eso) Vamos Vittoria, puedes hacerlo mejor ¿Por que esa cara? (Es lógico que ponga esa cara, le decías así cuando se amaban, cuando era tuya).
-Nadie me decía así en años... Ahora en serio, no te has casado, no tienes hijos, pero tienes novia (Lo supo enseguida, tan observadora, tan ella).
-Muy bien, en eso no has cambiado, pero tu forma de decirlo me hace mirarte mejor, tu casa... tienes una casa muy grande como para vivir sola, tienes hijos... Y ellos tienen un padre (¿Quién dijo que había que casarse para formar una familia?).
-Me alegro que no te creyeras el cuento de la cigüeña (¿Me está tomando el pelo?), tengo un hijo y sí, tiene padre, pero nunca nos casamos, terminamos un mes después de que me propuso matrimonio, pero... (Soltera, pero…)
-¿Pero?
-Tengo novio (Si, tienes uno, pero están mal, te conozco hermosa).
-No suenas muy convencida, déjame adivinar, no se hablan desde al menos tres días, discutieron, fue algo que dijiste (Siempre es algo que dijiste…).
-Nueve días, le dije que no necesitaba un príncipe azul (¿Nueve? Ja. Eres demasiado independiente, demasiado buena para un idiota que no te busca en nueve días ¿Y tú que eres? Dejaste que pasaran años…)
-Eso lo sabe cualquiera que te conozca un poco, pero es suficiente para mi... (¿Lo es? Vaya que sí. Una vocecita en mi interior preguntó por Sofía).

Llegamos a un semáforo en rojo y le tomé y besé la mano, y entrelacé mis dedos en los suyos, seguimos en silencio, mirándonos de vez en cuando, tomados de la mano. No quería pensar, solo sentirla, no retiró su mano, al contrario, la sostuvo con fuerza, como si no quisiera soltarme ¿Qué sientes por ella? ¿Renunciarías a todo por ella? ¿A Sofía? No quiero pensar, solo estar a su lado, disfrutar el momento, la complicidad sigue aquí, deberíamos odiarnos ¿Deberíamos? Nos hicimos mucho daño… Pero aquí estamos, tomados de la mano, como la primera vez que nos dijimos lo que sentíamos ¿Qué sientes por ella? ¿La quieres? Sí ¿La amas? Yo…
-¿Por qué estás tan callado? (Está susurrando, no quiere romper el momento, está tan nerviosa como tú) ¿En qué piensas? Mejor dicho ¿En quién? (silencio) En ella, tu novia (Si no lo supieras no serías tú. Intenté soltarla) No.
-¿No qué?
-No… No me sueltes, es que…
-No quiero hac (Me interrumpió)
-No se trata de causar daño, tan solo… Solo prométeme que serás sincero en todo lo que me digas y que vamos a disfrutar esta noche juntos, sin prejuicios (No pude evitar sonreír, es ella, más segura de sí misma, pero nada más, sigue siendo la mujer de la que un día me enamoré).
-Te lo prometo (Llegamos). De todas maneras voy a soltarte.
-¿Por qué?
-Ya llegamos preciosa…

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