Tras años de esfuerzo y dedicación, lo conseguí, cree el pie a mi gusto (por supuesto) prefecto, veo como lo preparan desde muy pequeña, más o menos 4 o 5 años, lo copreparo desde los 8 y lo preparé sola por primera ves desde los 12 y ahora después de todo ese aprendizaje, puedo sentarme a comer un pedazo de pie y decir: no te equivocaste en nada... quizás deberías haber hecho más :)
No me mal interpreten, celebro mi esfuerzo, más que la perfección misma, después de todo, son los errores que cometí en el camino los que me ayudaron a perfeccionar la técnica, como el poema de Kavafis "Ítaca", finalmente cuando llegas a tu meta te das cuenta que lo más importante fue todo lo que aprendimos en el camino...
Les pondría una foto del pie que hice, pero... no duró tanto tiempo como para tomarle una! para la próxima.
Con mucho cariño,
Zel
1 comentario:
Hummm, que rico! Es que hasta en la cocina la experiencia vale oro. Yo siempre he sido muy desordenada, me gusta probar siempre cosas nuevas antes de perfeccionar nada, por eso es difícil que haga en este punto de mi vida algo que considere perfecto, pero bueno, así somos los "rolling stones".
Un abrazo, saludos.
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