sábado, 13 de abril de 2019

Sólo un recuerdo? VII Fin

-¿Te vas a casar?

-Ya no, hoy en la mañana sí, pero ahora no, ya no, no podría ¿Cómo? No puedo volver a mirarla a la cara y decirle algo que no siento ¿Cómo quieres que me case con una mujer que no amo? Al menos me alegro de no haberle propuesto matrimonio aún.

-¿Por qué ahora ya no? ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

-Prometí ser honesto… Tú.

-... (¿Qué?)

-Estás pálida... ¿Te sientes bien?... ¿Victoria? ¡Victoria!... ¡Contesta!... Di algo... Lo que sea... ¡Victoria! 

-¿Qué pretendes con todo esto? ¿Qué quieres de mi? -Cada palabra que salía de mi boca era un esfuerzo por no llorar.- ¿Echarme abajo una vez más? ¿Qué vuelva a derrumbarme? ¿Qué esperas? ¡Contesta! ¡Contéstame! ¿Qué es lo que quieres de mi? ¿Me amas? ¿Quieres una aventura? ¡Responde! ¿Qué sientes por mi? (¿Por qué ahora después de tanto tiempo?)

-Perdóname, yo...

-No seas imbécil y no me pidas perdón. Responde ¿Qué sientes por mi?

-No sé como definirlo...

-Esfuérzate. La noche es larga y tengo tiempo, así que responde. ¿Qué sientes por mi? Si es necesario, piensa en voz alta.

-Victoria, yo... Esta mañana cuando. No, más atrás. Hace dos días, decidí que volviendo de este viaje le propondría matrimonio, llevamos un par de años juntos y creí que sería una buena decisión, pero hoy mientras viajaba, me acordé de ti y comencé a dudar (¿No me digas?). No me mires con esa cara, te prometí ser sincero y hasta ahora no te he dado motivos para que desconfíes de mi.

-Continúa...

-Bueno. Después cuando ví tu nombre, todo se vino abajo, me di cuenta que no la amo, que solo me acostumbré a estar con ella, me di cuenta de todo lo que perdí cuando te perdí... Cuando nos perdimos (¿Plural?). Vamos guapa, tú también tienes tus defectos...  ¿O quieres que te recuerde tu primer trabajo? (¡Hasta que lo dijo!)

-No es necesario, recuerdo todo perfectamente. 

-¿Incluso a ese tipo con el que me engañaste?

-Ya pagué las consecuencias de ese error, no voy a permitir que me lo cobres ahora.

-Yo también las pagué, fue por eso que todo se vino abajo.

-No te pedí que aparecieras en mi vida otra vez. -No me di cuenta, pero de pronto estaba de pie, quería salir de ahí.

-Nadie te obligó a venir... Vienes aquí y me preguntas que quiero, pero ¿Qué quieres tú?... Y haz el favor de sentarte, estás haciendo una escena (¿Qué quiero?...) 

Me senté , tomé su copa y después de un sorbo largo de vino, lo miré fijamente y dije aquello que me he negado a reconocer durante todo este tiempo.
- Nunca me he perdonado haberte sido infiel... Todo sería diferente ahora.- Y comencé a llorar en silencio.

Me secó las lágrimas con una servilleta y me miró a los ojos serio.

-Victoria, ya está hecho. Las cosas ya sucedieron así. No te voy a negar que me dolió y que la vida sería completamente diferente ahora, pero a pesar de eso nunca pude sacarte de mi corazón y tampoco quiero hacerlo.

-¿Por qué no?

-Eres el amor de mi vida.

Para variar un poco, apareció la inoportuna Amanda otra vez.

-Disculpen ¿Está todo bi…en? (Pobrecita, me imagino la escena que se encontró)

-Sí, gracias ¿Nos podrías traer la carta de postres y más vino para los dos, por favor?

-Sí, claro. – Desapareció con una sonrisa forzada.

-¿Crees que la espantamos? (No pude evitar sonreír)

-De todas maneras. Darío, no sé si yo podría…

-Mira. No te estoy pidiendo matrimonio, te conozco lo suficiente para saber que ese estilo de vida no es para ti. Solo quiero que sepas que eres muy importante para mi y que pase lo que pase, siempre lo serás.

-Darío, mírame a los ojos y dime si te vas a casar.

-Creo que...

-Aquí está el vino que pidieron y la carta de postres.

-...

-Gracias, Amanda.

-¿Qué puedo decir? Tiene como un "don".

Ambos reímos, pero vi pena en sus ojos.

-¿Decías?

-Sí me voy a casar.

-¿Por qué?

-Porque con ella tengo la estabilidad que jamás podré tener contigo y al final del día eso es lo que nos da paz... Entre nosotros el amor no es suficiente.

-Eso pensé.

Le dediqué la sonrisa más sincera que pude esbozar en es momento y llamé a Amanda con un gesto para pedir un volcán de chocolate.